De la obesidad a la vida fitness

Pasar de un problema de obesidad, a la mejor ruta para solucionarlo, a través del fitness y el ejercicio, no es algo sencillo. Lo primero que debe hacerse es tomar consciencia de nuestro problema de obesidad o de sobrepeso. En muchas ocasiones se niega esta condición o se lo toma como algo gracioso y poco relevante.  Pero lo cierto es que la obesidad es una enfermedad y hay que tratarla de esa manera. No hay que temer al hecho de considerarla como tal y reconocer nuestro padecimiento ante nosotros mismos y ante los demás.

Luego, hay que dejar de lado las quejas y lamentaciones y entonces ponerse manos a la obra, para el caso de plantear objetivos. Nadie nos puede ayudar a dar el paso de la obesidad a la vida fitness más que nosotros mismos. Por lo consiguiente, solo queda tener bien definidos los objetivos propios: es útil tomarse una foto antes de iniciar un buen plan alimenticio o deportivo y colocarla en un lugar a la vista, donde siempre se la contemple y así recordar la necesidad de cambiar nuestro modo de ser.

Para tener éxito en abandonar el sedentarismo, la obesidad, el sobre peso y orientarse hacia el fitness y un sano estilo de vida, uno de los pasos esenciales es modificar nuestros hábitos alimenticios. Pero para este caso, es importante asesorarnos con un nutriólogo, el cual podrá guiar nuestros objetivos y educarnos correctamente en el tema. Lo básico es propiciar cambios y mantenerlos durante el mayor tiempo posible. Por ejemplo, es provechoso comer 5 o 6 veces cada día, en porciones moderadas y también beber agua en abundancia. Este último esquema alimenticio muy probablemente será habitual en nuestro estilo de vida.

Pero además también es indispensable iniciar la práctica cotidiana de una actividad física. De la misma manera que sucedió en el caso de la alimentación, lo más adecuado es asesorarse con un especialista en educación física, o un entrenador experimentado para que nos ayude a elegir un adecuado plan de acondicionamiento físico. La vida fitness se proyecta en un setenta por ciento de sana alimentación y un treinta por ciento de ejercicio. La nutrición es el pilar más importante para conseguir buenos resultados: ejercitarse en exceso y alimentarse luego de manera desacertada, no hará sino agravar el problema. Es preciso finalmente, llevar un estricto control de todos estos cambios e integrarlos por completo en nuestra forma de vivir.